miércoles, 11 de enero de 2012

PROPÓSITOS PARA EL NUEVO AÑO: OBJETIVOS VITALES

¿Llevas algún tiempo dando vueltas a ese curso de cocina que te gustaría hacer, a un pequeño o gran cambio en el trabajo o piensas a menudo en empezar a hacer ejercicio físico? 
El año nuevo suele ser el plazo que nos damos para empezar a trabajar en nuevos objetivos; a veces, la dinámica del día a día y el temor a equivocarnos nos dificultan iniciar actividades o proyectos nuevos. Para hacer más fácil que consigas tus objetivos, te proponemos un plan.

Paso a paso

Lo primero que necesitas es motivación y lo imprescindible es que ésta venga de ti, es decir ¡de tus deseos, de tus gustos y de tus ilusiones!

1. Define tus objetivos y tus metas con la mayor claridad que puedas. Recuerda que han de ser auténticas, genuinas, ¡sólo tú puedes marcarlas!
Para y reflexiona sobre tus verdaderos propósitos y razones, a pesar de las inercias cotidianas. Escríbelos, puede ayudarte a verlos más claro.

Por ejemplo, la persona que no se siente con buena forma física y desea estarlo debe darse cuenta de ello y puede plantearse apuntarse al gimnasio como una de las maneras de conseguir sentirse mejor con su estado físico.

2. Construye un plan de acción realista para conseguir los objetivos que te has propuesto:
Define, en primer lugar, el objetivo general y después los objetivos concretos. Fragmentar las tareas hace que el camino sea más fácil, ayuda a mantener la motivación, mejora la autoestima y el estado de ánimo.

Si seguimos con el ejemplo de la persona que decide apuntarse al gimnasio, esta podrá fragmentar el objetivo general (apuntarse al gimnasio) en objetivos concretos: consultar los gimnasios de la zona que le interese (horarios, ubicación), visitarlos y conocer las instalaciones, pedir información acerca de las cuotas y los servicios, recoger toda la información obtenida, tomar la decisión en relación al gimnasio más adecuado, acudir a él para realizar la inscripción, hacer una planificación semanal de los entrenamientos que desea realizar.

3. Para definir tus objetivos concretos, piensa y escribe todas las acciones que se te ocurren para poder llegar hasta el objetivo final. Haz una lluvia de ideas. Aquí no juzgues si son realistas o no, escríbelas todas, más adelante ya valorarás las que son viables y realistas y las que no lo son. Ahora es importante tener delante todas las opciones posibles.

La persona del ejemplo quizá se plantee buscar información sobre los gimnasios de la zona a través de internet, o en la guía, consultar a algún familiar o vecino, valorar la posibilidad de inscribirse al mismo gimnasio que otro amigo o buscar un gimnasio junto al trabajo…

4. Escoge tres de las acciones que has escrito, las que te parezcan mejor y empieza a planificar su puesta en marcha. Para esto:

  • Anticipa las dificultades que te vas a poder encontrar e imagina la solución para cada una. Por ejemplo:
    • Dificultad  “No voy a tener tiempo de consultar qué gimnasios hay cerca de casa”
    • Solución posible: escoge un momento a lo largo del día para hacer esto
  • Fija una fecha concreta en tu agenda para empezar esa acción y anótala.
  • Pon la agenda a la vista, revísala y ¡actúa!


Posibles barreras que puedes encontrarte en el proceso

  1. La comodidad. En cierta manera buscamos la comodidad, porque nos mantiene a salvo de equivocarnos. Pero lo que es cómodo a veces acaba resultando incómodo porque no nos permite hacer cosas que desearíamos.
  1. El miedo. El miedo a equivocarnos nos limita, no permite ir a por nuestros objetivos, no nos permite avanzar.

Es posible que la persona que desea estar en mejor forma física y se proponga apuntarse al gimnasio se acomode en la idea de que ello no le permitirá desarrollar el resto de sus actividades y acabe por encontrar “justificaciones” para no ir. También puede ser que tenga miedo diversos miedos a enfrentar su proyecto: “¿Y si acabo abandonando y voy pagando cuotas sin ir?”, entre otros.


Combatir las barreras

  • Resuelve. Resuelve la duda en la que el miedo te mantiene (“Lo haría, pero… ¿y si me sale mal?”).
  • Analiza las ventajas y las desventajas de mantenerte en la zona de comodidad (no hacer lo que desearías por temor a fracasar) y haz lo mismo con la zona incómoda (hacer lo que deseas a pesar del temor).
Valora si el beneficio o el inconveniente para cada zona te afecta a ti solo o a más personas y si las consecuencias serán a corto plazo o duraderas.
Cuando hayas valorado el peso específico de cada zona, podrás tomar una decisión más acertada. ¡Y ya habrás empezado a actuar!

En el ejemplo de la persona que se desea iniciarse en el deporte:

  •  Zona cómoda: no apuntarme al gimnasio.
    • Ventajas: no tener que realizar esfuerzo físico, mayor tiempo para realizar otras actividades o sencillamente más tiempo para no hacer nada. La ventaja me afecta sólo a mí y la consecuencia es a corto plazo.
    • Desventajas: no encontrarme en buena forma física, no sentirme a gusto con mi forma, mantener el deseo de hacerlo presente constantemente, alargar la sensación de frustración por no ponerme en marcha. La desventaja me afecta a mí y posiblemente, la sensación de frustración acabe afectando a mi comportamiento con las personas de mi entorno. La consecuencia es a largo plazo, tanto como el tiempo que yo prolongue la puesta en marcha de este proyecto.

  •  Zona incómoda: apuntarse.
    • Ventajas: mejorar mi estado de salud, sentirme más satisfecho con mi forma física, realizar actividades distintas al trabajo, divertirme, conocer gente nueva, sentirme eficaz en el cumplimiento de mis objetivos, sentirme mejor conmigo mismo. La ventaja me afecta a mí y probablemente mi estado de bienestar se refleje  en mi relación con los demás. La consecuencia es a largo plazo.
    • Desventajas: tener que superar la pereza para hacer esfuerzo físico, buscar un hueco en mi rutina para ir al gimnasio. Es posible que deba dejar de hacer alguna otra cosa. La desventaja me afecta a mí. La consecuencia es a corto plazo, ya que la pereza inicial y la adaptación a la nueva rutina es momentánea.

Conclusiones

Recuerda que fragmentar tus objetivos finales en pequeñas acciones te ayudará a empezar y te acercará a llevarlas a cabo. Pon en práctica la técnica que te explicamos en este artículo y verás que, una vez la domines y la uses habitualmente, ¡no habrá objetivo que se te resista! Si a pesar de ello tienes dificultades para utilizar la técnica que te proponemos, no dudes en contactar con nosotros, te ayudaremos a hacerlo fácil.


Explícanos,

¿Qué es aquello que te gustaría conseguir pero nunca encuentras el momento de empezar?

¿Qué objetivos tienes para el 2012?


Para más información: 
CENTRO ITAE 
T 902 100 006 
E 
info@centreitae.com 
W http://www.centreitae.com




No hay comentarios:

Publicar un comentario