lunes, 13 de febrero de 2012

Fases vitales de las relaciones de pareja

Ana y Pedro, llevan juntos 12 años, se casaron hace 7 y hace 2 años nació su primera hija, María. Ana piensa que su relación de pareja está atravesando una crisis, siente que Pedro ya no le presta tanta atención y que quizás ya no la desea “tras el embarazo yo he dejado de cuidarme como lo hacía, además ahora no tengo tiempo para nada”. No obstante, Ana no le ha dicho a Pedro como se siente, aunque reconoce que está más fría con él e incluso hay veces en que puede llegar a hablarle de malas maneras.

Una relación de pareja  pasa por diferentes fases o etapas en su proceso de desarrollo, cada etapa es única y distinta al resto y es importante tener en cuenta las características que la conforman y diferencian, así como las dificultades más habituales inherentes a cada una, a efectos de poder superarlas y así contribuir positivamente en el bienestar de la relación.

A continuación veremos cuales son estas etapas y sus características y os daremos algunas recomendaciones útiles para conseguir que vuestra relación funcione satisfactoriamente.

Fase 1: Enamoramiento.
Es la etapa de la pasión amorosa, en la que proyectamos en la pareja nuestras ilusiones y deseos. Durante esta primera etapa, tratamos de ofrecer lo mejor de nosotros mismos, nos esforzamos por estar atractivos, nos cuidamos más y mostramos interés por todo lo que le sucede a nuestra pareja. Casi no nos quejamos y todo nos parece bien. Sentimos como una sensación de mariposas en el estómago al pensar en la pareja, así como nerviosismo y ansias por estar a su lado en todo momento.
En muchas ocasiones, se suele caer en el error de idealizar a la pareja y la relación; en esta fase es habitual que aunque hayan aspectos de la pareja que no nos gusten,  los pasemos por alto y que no le demos demasiada importancia y será en fases posteriores donde repararemos en ellos y es posible que entonces sí nos molesten. Asimismo, cuando comienzas a convivir con tu pareja, es muy probable que descubras actitudes que no imaginabas, igual que le sucederá a tu pareja, dado que también te habrás esforzado por mostrarle lo mejor de ti.
Por ello, es fundamental que os mostréis tal y como sois, con vuestros defectos y virtudes, sin temor a perder al otro. Hay que tener en cuenta que vuestra relación no funcionará si tratáis de fingir lo que no sois o si ocultáis aspectos importantes de vuestra persona. De este modo, debéis de ser siempre realistas y capaces de identificar aquellos aspectos que menos os gustan de vuestra pareja, para poder así solucionarlos, si es posible o si no aceptarlos.

Fase 2: Formación de estabilidad

En esta fase la pasión va apaciguándose y la relación va tomando un carácter más formal. Aprendemos a conocer a nuestro compañero y comenzamos a descubrir las posibilidades y límites de la relación. Es una etapa de adaptación mutua, en la cual el proyecto es consolidar el “nosotros” y aprender a crecer como pareja.
Tenéis que ser realistas y conscientes de que a medida que pasa el tiempo surgen las diferencias  y no podéis pretender que la pasión de la etapa de enamoramiento vaya a durar siempre. La rutina diaria, las obligaciones, el cansancio y los estados anímicos, son obstáculos que se presentarán a partir de ahora y que si no se afrontan de forma conjunta, con amor y voluntad, pueden llegar a deteriorar la relación. Por tanto, debéis reflexionar y pensar detenidamente si  estáis dispuestos a respetar, compartir, ceder, llevar a cabo proyectos juntos y afrontar juntos las posibles dificultades que puedan surgir.

Fase 3: Afirmación-Convivencia
En esta etapa se produce el aprendizaje de la convivencia, donde habrá que aprender a negociar, a compartir roles, a aceptar las diferencias, a resolver las dificultades y conflictos. Es habitual que aparezca la lucha de poder, en el sentido de que ambos miembros creerán tener la razón ante determinadas divergencias y  ambos lucharán por conseguir que el otro se someta.

Por otro lado, en esta fase se corre el peligro de entrar en la comodidad, en relación al descuido por el otro y por uno mismo. Como en el caso de Ana y Pedro, introductorio del artículo, se pude presuponer que nuestra pareja ya sabe que la queremos, que nos importa y por tanto ya no hace falta que se lo diga ni se lo manifieste. Al mismo tiempo, es habitual pensar que el otro ya “nos quiere tal y como somos”, por lo que ya no nos preocupamos tanto de cuidarnos y de mostrarnos atractivos.
En este punto es esencial fomentar la comunicación con vuestra pareja, con la finalidad de tratar que os entienda y se interese por vosotros, al mismo tiempo que deberéis esforzaros por interesaros por vuestro compañero y tratar de entender lo que os quiere transmitir. En este sentido, lo más importante es que ambos miembros podáis descubrir que le preocupa al otro,  que es importante para éste y que no, por qué hoy está contento o enfadado, etc. Fijaros que en el caso expuesto, Ana no le ha expresado a Pedro el malestar que siente y por tanto, no es posible que éste sepa que le sucede, por lo que tampoco cambiará su actitud.
Por otro lado, no podemos descuidar la mayor prioridad en toda relación: el respeto. Este nunca pueda faltar, por tanto, debéis de ser cuidadosos en vuestra manera de relacionaros y comunicaros con vuestra pareja. Recordad que ninguno de los dos es más que el otro y ambos tenéis el mismo derecho a ser tratados con respecto, así como la responsabilidad de tratar con el mismo respeto a vuestra pareja.


Fase 4. Formación de la familia
Es la fase de la llegada de los hijos, lo cual genera un cambio importante, ahora la pareja deja de ser exclusiva. Conlleva otro nuevo proceso de adaptación y aprendizaje, donde se adquirirán nuevos roles (paternales). En esta etapa se modifica la intimidad en la pareja, lo que condiciona la sexualidad de la misma.
Es importante, llegados a este punto, aceptar la nueva situación y estar abiertos al proceso de adaptación  que está comporta, pero al mismo tiempo, sin dejar de cultivar la intimidad de la pareja. Tener presente el siguiente mensaje: ahora somos padres pero seguimos siendo una pareja. Como en el caso de Ana, es habitual que con la llegada de los hijos uno de los dos miembros de la pareja perciba que los sentimientos de su pareja hacia él/ella han cambiado o disminuido.
Más que nunca, en esta etapa es fundamental no dejar de comunicaros abiertamente con vuestra pareja, expresarle vuestros temores, necesidades, sentimientos y buscar soluciones conjuntamente.
     
Fase 5. Madurez y vejez
Llegados a esta fase, nos econtraremos con que los hijos ya son mayores y se marcharán de casa. Es el momento en que la pareja se vuelve a quedar sola. Puede llegar a producirse una crisis en la pareja, si no se han cuidado adecuadamente las etapas anteriores, pudiendo llegar a ser muy difícil continuar la convivencia solos e incluso pudiendo conducir a la ruptura de la relación,  o contrariamente puede generar un reencuentro de la pareja donde podrán revivir de alguna manera la primara fase (enamoramiento).
Es recomendable tomar esta etapa, como una oportunidad para mimar más a la pareja, para reencontrarse, para disfrutar el uno del otro y crear nuevos proyectos juntos (viajes, actividades, paseos, intimidad,…).

No obstante, hay que tener en cuenta que cada pareja es un mundo y que aunque las referidas sean las fases vitales predefinidas de las relaciones de pareja, cada una va a tener su propio proceso en su desarrollo.

Recordad que la clave para conseguir una relación de pareja sana y satisfactoria, está en cuidar y cultivar cada una de sus fases, sosteniendo en todo momento los siguientes pilares básicos:
  • El respeto: escucharos el uno al otro, valorando las opiniones de cada uno y sin juzgar, tratando a la vez de comprender y de validar las emociones del otro.
  • Conducta no amenazante: hablar y actuar de forma que se promuevan sentimientos de seguridad en la relación. Ambos miembros debéis sentiros  cómodos y seguros.
  • Comunicación: debéis comunicaros de forma abierta y sincera, admitiendo vuestros errores y aceptando la propia responsabilidad en cada conflicto.
  • La confianza y apoyo: cada miembro debe apoyar al otro en sus objetivos vitales, respetando el derecho a tener sus propios sentimientos, opiniones, amigos, actividades e intereses.
  • Responsabilidad compartida: es esencial que toméis las decisiones respecto a la relación de forma conjunta, hacer acuerdos sobre la distribución del trabajo, que sea justo para ambas partes.
  • Negociación y justicia: estar dispuesto a ceder, aceptar el cambio y buscar soluciones        mutuamente satisfactorias a los conflictos. 

Un ejercicio que resulta muy eficaz para intensificar la unión de la pareja y que os recomendamos practicar, independientemente de la fase de la relación en la que os encontréis es el ejercicio de elogiar y agradecer. Dile a tu pareja cada día, algo que te gusta de él/ella y agradécele por aquello que hace para satisfacerte. Por ejemplo: “me gusta cuando preparas la cena los días que llego más tarde”, “me encanta como me besas” o “gracias por venirme a buscar”.
  
Coméntanos,
¿En que fase de tu relación de pareja estás?
¿Qué dificultades te has encontrado y como las has resuelto?
¿Te encuentras atrapada/o en algún punto de tu relación, que a pesar de haberlo intentado no eres capaz de resolver?

Para más información: 
CENTRO ITAE 
T 902 100 006 

2 comentarios:

  1. Llevo 15 años con mi mujer y nuestra vida sexual es bastante aburrida. Entiendo que despues de 15 años no puede ser igual que al principio, pero lo hacemos tant poco y tan monotono....yo la quiero y la sigo encontrando atractiva, pero muchas veces me pongo a tener fantasias con otras por el aburrimiento...que puedo hacer para que mi matrimonio funcione mejor?

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  2. Apreciado lector,

    A menudo las parejas tras un tiempo de estar juntos caen en una monotonía y la rutina. Ésta es percibida como un problema, cuando tras un tiempo dentro de dicho estancamiento, uno o los dos miembros de la pareja empieza a sentir este aburrimiento. La rutina propia de la relación, puede pasar hacer mella tanto en la vida sexual como en otras áreas de la relación de pareja. A nosotros nos gusta comparar la relación de pareja con una planta, a la que se debe cuidar y regar a menudo, en caso contrario, se cae en el olvido, que lleva a que ésta se marchite gradualmente. El primer paso, es darse cuenta de que lo que se tiene no satisface a las necesidades actuales, por lo que el primer punto debe ser la comunicación. Te animamos a que informes a tu pareja de cómo te sientes y de tu necesidad de romper con la monotonía y el aburrimiento. Creemos que es importante que en dicha conversación hagas hincapié en la idea de que estás preocupado, que la quieres, pero que la relación está en un punto en el que no disfrutas como antes, por lo que necesitas que esto cambie. Sabemos que este tipo de charlas suelen ser difíciles para las parejas, pues implica poner sobre la mesa, un problema de la relación, pero para resolverlo primero se tiene que aceptar. En segundo lugar, es importante empezar a cambiar algunos ingredientes y rutinas propias de la relación que ahora no acaban de funcionar, aunque quizás si lo hicieran en el pasado. Puesto que no conocemos al detalle vuestra relación de pareja, te vamos a recomendar un ejercicio que puedes proponer a tu pareja para romper esta monotonía. El ejercicio se llama “la caja de las sorpresas”, se trata de buscar una caja vacía, en la que cada uno de manera independiente va a escribir en pequeños papeles, actividades, a nivel sexual o de pareja, que os apetecería hacer. Ésta caja puede ir llenándose gradualmente de ideas y propuestas, es importante una actitud abierta y proactiva por parte de los dos. La actitud de descubrir cosas nuevas os ayudará a salir del punto en el que os encontréis. Para empezar os proponemos que busquéis un día a la semana, un momento que tengáis para los dos, sin que nadie os moleste, ni tengáis un tiempo justo, y escojáis un papelito, actividad a realizar juntos ese día.

    Ésta es una manera de empezar, pero si sientes que solos no os acabáis saliendo, os aconsejamos que acudís a un terapeuta de pareja, que os dotará de estrategias que permitan romper con la monotonía.

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