viernes, 29 de mayo de 2009

La importancia de tratar a tiempo la ansiedad

Durante los últimos días han aparecido en la prensa noticias que avisan del aumento de la ansiedad entre la población española (aunque es igualmente aplicable a otros países). La primera de ellas, que aparece en el portal Nortecastilla.es, hace especial incapié en cómo hoy día muchos ambientes laborales negativos, unido a una alta exigencia del empleado, favorecen el crecimiento de la ansiedad entre los trabajadores.

A todo ello hay que añadirle otros importantes factores como la crisis (tema sobre el cual incide directamente la segunda noticia), actual causante de altas tasas de desempleo y motivo por el cual muchas personas pueden sentirse angustiadas y/o apenadas. No en vano, la preocupación por el endeudamiento o por la posible quiebra de la empresa está causando estrés e insomnio a una nada desdeñable cantidad de gente de finanzas y autónomos, llegando este temor a afectar incluso a los propios familiares de los perjudicados.

En cualquier caso, hay que redundar en la importancia de un tratamiento efectivo y temprano, ya que la ansiedad y el estrés, pese a que muchas veces no tienen una connotación necesariamente negativa (pues no dejan de ser mecanismos que nos permiten estar activos y en alerta), pueden llegar a sobrepasarnos.

Uno de los principales inconvenientes a la hora de detectar en nosotros mismos la ansiedad es que ésta se va instalando discreta y paulatinamente en nuestro interior, mostrando en sus fases más tempranas una sintomatología demasiado leve como para que la mayoría de las veces le prestemos atención e invirtamos nuestro tiempo y dinero en buscar ayuda profesional.

La infravaloración de la ansiedad, sin embargo, es un gran peligro para la persona, pues aunque el estrés muchas veces no es más que una leve enfermedad puramente transitoria capaz de ser afrontada por algunas personas con fuerza de voluntad, sacrificio, optimismo y convicción, otras veces estos síntomas van tomando más y más fuerza hasta resultar realmente incapacitantes. Máxime además cuando se trata de una enfermedad que pueda derivar en trastornos más graves como como la depresión o algún tipo de fobia.

Debido a eso, es aconsejable, pues, tratar el problema de raíz, dado que el enfrentamiento a la ansiedad cuando ésta todavía no se ha arraigado plenamente en la persona que lo sufre ofrece una mayor brevedad y efectividad del tratamiento, repercutiendo por lo tanto en el ahorro de tiempo y dinero para el enfermo y, lo que es más importante, ofreciendo al enfermo una mayor calidad de vida y salud al evitar el desarrollo de síntomas más graves.

No obstante, además de la pronta detección y afrontación del problema, otro elemento resulta importante a la hora de iniciar una recuperación efectiva: la calidad del propio tratamiento. En ese aspecto, pese a que absolutamente nada puede garantizar la plena eficacia de una terapia, hoy día los tratamientos que científicamente mejores resultados han obtenido son aquellos basados en una terapia cognitivo-conductual y dirigida por un equipo multidisciplinar de psiquiatras y psicólogos que diseñen un plan específico y adaptado a cada persona. Fórmula por la que ha apostado ITAE, porque la mejor manera de obtener resultados es aplicando soluciones.

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