martes, 16 de julio de 2013

EL APOYO DE LOS AMIGOS EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES




Best Friend In Sad               Prácticamente todas las personas pasan en algún momento de su vida por lo que llamamos un “momento difícil”, que puede referirse a una ruptura de pareja, el fallecimiento de alguien cercano, quedarse sin trabajo, dificultades económicas, un conflicto familiar, etc. Sea cual sea la naturaleza de la situación, la persona se ve afectada emocionalmente, ya que nos sentimos frustrados, tristes, rabiosos, decepcionados, culpables, etc. En muchas ocasiones, la situación tiene solución, en otras no la tiene, o simplemente no depende de nosotros. Sea cual sea el escenario,  la persona que lo afronta tiene que tolerar lo ocurrido y las emociones que el acontecimiento le hace sentir. Es en ese momento cuando la mayoría de las personas necesitan el apoyo de la gente que tiene alrededor, de sus amigos (sean familiares o no). Suele ocurrir con frecuencia que recibimos dicho apoyo y, a pesar de lo doloroso o lo frustrante del momento, cuando pasa el tiempo, se es capaz de ver la “parte positiva” de todo lo ocurrido y es el ver cómo la gente a la que tu quieres, te apoya incondicionalmente. Esta muestra de afecto puede ser a través de una simple llamada, una presencia más activa en tu día a día, o incluso ayuda física o material. Pero, ¿Qué ocurre cuando el apoyo recibido no está a la altura de tus expectativas? ¿Qué sentimos cuando esa persona a la que consideras tu amigo no ha “estado” de la manera que tú esperabas que estuviera?

En estas circunstancias, la persona, además de lidiar con la situación “original” generadora de malestar, debe afrontar, aceptar y tolerar que ese amigo o amiga no la ha llamado lo suficiente, no ha venido a casa, no se ha ofrecido a recoger a los niños del colegio, no le ha prestado el dinero que necesitaba en ese momento, etc. Es una situación dolorosa que genera frustración, decepción, tristeza, y rabia, y en muchos casos incluso puede acabar con la relación de amistad.
¿Qué hacer si estás en esa situación? ¿Cómo gestionar una situación dónde, además de estar sufriendo por el “momento difícil” en el que te encuentras inmerso, debes manejar una conflicto con una amistad que no ha estado “a la altura”? El primer paso es hacer un ejercicio de introspección, es decir, reflexionar sobre cómo hemos informado a nuestros amigos de lo acontecido. ¿Tienen toda la información? ¿Saben cómo me siento? ¿Lo he expresado abiertamente? Si la respuesta es “no”, quizás ese es el primer paso a dar, ya que no podemos reprocharle a alguien su falta de apoyo, si no le hemos informado de qué emociones siento. Si la respuesta es sí, es decir, has informado de lo ocurrido y de cómo te sientes, pero aún así, no has recibido apoyo o no el que esperabas, es un buen momento para volverte a preguntar qué necesitas y valorar si lo que “pides” como apoyo es realista o no. Por ejemplo, una amiga en paro difícilmente podrá apoyarte económicamente, o un amigo que trabaja los fines de semana, no podrá ir a tu casa para hacerte compañía esos días.

Realizados estos pasos, es decir, si has informado a tus amigos de lo ocurrido, y valoras que tus expectativas son muy realistas, pero aún así crees que tus amigos no te están apoyando, de nuevo, la mejor opción es informar. ¿De qué? Pues informar al otro de lo que esperabas de él y lo que realmente has recibido, expresando en todo momento qué emociones te ha hecho sentir su comportamiento, así como propuestas para futuras ocasiones, informando de cómo te gustaría que fuera su apoyo de ahora en adelante. 

Llegados a este punto, parece que está solucionado el tema, pero no siempre es así, ya que se pueden dar varias opciones: que ese amigo, independientemente de lo que le haga sentir tu comentario (rabia, culpa, frustración, etc.), te haga caso y ponga en práctica tus peticiones, o que no las lleve a cabo, sea por falta de voluntad (“no quiero”) o por falta de habilidades (“no se”, “no puedo”). Es el momento de valorar hacia qué camino dirigirte, evaluar qué opción es la sientes más adecuada: cortar con la amistad porque no puede ofrecerte el apoyo que necesitas y ello te hace sentir enfadado o frustrado, o por el contrario, continuar con esa relación, ya que el cariño que te da esa persona y lo que aporta a tu vida es más potente que el hecho de no haber estado “a la altura” en uno de los momentos más difíciles de tu vida,  siendo esta opción tan válida como otra cualquiera.

En definitiva, cada vínculo de amistad es especial, y las normas que lo rigen las hacen y deshacen las personas que lo forman. Así que, no hay una norma universal en estas situaciones, es una simple cuestión de calibrar en una balanza pros y contras, lo que te aporta y lo que te falta en esa relación, y en consecuencia decidir. ¿Y cómo decidir? ¿Cómo valorar esa balanza? Escuchar a tu cuerpo, sentir las emociones que se manifiestan en esos momentos, suele ser una buena guía. Por otra parte, también es importante identificar las creencias inculcadas, los convencionalismos, los años de amistad, las costumbres, la pertenencia a un grupo, el miedo a no encontrar nuevas amistades o la insatisfacción perder el contacto con esa persona a la que aprecio a pesar de todo, etc.

 Cuentanos tu experiencia...
¿En los momentos difíciles que hayas pasado, te ha sorprendido la reacción de algun amigo?
¿Cómo ha influenciado al amistad?


Para más información:
CENTRO ITAE
T 902 100 006
E info@centreitae.com
W http://www.centreitae.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario