Convivir con una persona afecta de Trastorno Obsesivo
Compulsivo (TOC) no es fácil. Como ya hemos explicado en otros artículos, el TOC
es un trastorno de ansiedad que implica, en las personas que lo sufren, una
afectación de su funcionamiento diario, debido a la presencia de obsesiones y
compulsiones que les resultan difíciles de manejar y que pueden llevarles a
perder muchísimo tiempo en su día a día.
¿Cómo
reacciona la familia ante el comportamiento del paciente con TOC?
Las respuestas de los familiares ante este problema
varían:
- Existen familias que cooperan con los rituales del paciente, principalmente para mantener la paz familiar y porque les parece que así evitan que sufran.
- Otras familias no participan directamente en los rituales, pero los permiten.
- Existen familias, en cambio, que se niegan a permitir que el paciente lleve a cabo rituales en su presencia.
- Y también encontramos familias “mixtas”, en las que algunos miembros cooperan o permiten los rituales y otros los censuran. O incluso, a veces, los mismos miembros varían de postura según el momento, intentando encontrar el modo correcto de ayudar al paciente.
¿Cómo debe
actuar la familia frente a este problema?
En primer lugar, si observamos que un miembro de
nuestra familia hace cosas que no son “normales”, lo primero que debemos hacer
es pedir ayuda. Si el diagnóstico obtenido es el de TOC, se debe iniciar el
tratamiento adecuado con el paciente (abordaje psicofarmacológico y terapia
psicológica de orientación cognitiva-conductual), pero también se debe informar
a la familia sobre los objetivos de la terapia y las pautas que se deben
seguir:
·
La terapia es la
misma para todos los pacientes (tal como hemos explicado en otros artículos, se
trata de realizar exposición in vivo con prevención de respuesta, es decir,
exponerse a aquello que se teme, previniendo el ritual) pero cada paciente es diferente, por lo tanto, los objetivos a trabajar
tendrán que individualizarse. En este sentido, no se puede generalizar con el
proceso de mejoría, sino que hay que partir del nivel de limitación previo que
presenta cada paciente. En pacientes muy limitados, la extinción de rituales
será más larga que en pacientes menos limitados, pero no por ello hay que
desmerecer el trabajo que hacen.
·
Es muy
importante reconocer cada pequeño logro que el paciente consiga y evitar las
críticas.
·
En casa debe
haber un ambiente de apoyo, y debe ser un apoyo en la dirección adecuada. No
hay que obligar al paciente a hacer más de lo que pueda asumir, pero tampoco se
debe caer en la lástima y ceder ante su necesidad de ritualizar.
·
No es bueno
hacer comparaciones entre los logros de un día y otro. Hay días en los que el
paciente puede no estar tan preparado para afrontar las exposiciones, por lo
que hay que ser flexibles y entender que la mejoría no suele ser lineal.
·
También es
importante no olvidarse de los otros miembros de la familia. Muchas veces los
pacientes centran la atención de toda la familia, y se tiende a olvidar a otros
miembros que también la requieren.
Atentos
ante posibles recaídas:
Una vez conseguida la recuperación, es importante
tener claras las señales de alarma ante un posible nuevo brote en el futuro. Para
ello es necesario que no solo el paciente, sino también la familia, adquiera
una adecuada psicoeducación sobre el trastorno. Asimismo, es básico mantener
una buena comunicación con el paciente. Cuanto antes detectemos una posible
recaída, mejor pronóstico tendrá.
Algunas señales que nos alertan de una posible
recaída son las siguientes:
·
El paciente pasa
a solas largos periodos de tiempo, sin que nada lo justifique.
·
Se retrasa con frecuencia.
·
Evita ciertas
situaciones sin argumentos sólidos que lo justifiquen.
·
Reacciona
desmesuradamente ante nimiedades.
·
Su estado de
ánimo está más bajo de lo habitual.
·
Pasa por un
periodo de estrés importante.
·
Le cuesta
dormir.
·
Le cuesta
concentrarse.
El TOC es un trastorno que puede llevar a desgastar
las relaciones familiares o conyugales, dada la alta interferencia que puede
llegar a tener en el día a día y en las rutinas domésticas. Por ello, en
ocasiones no solo son necesarias pautas co-terapéuticas para los familiares,
sino que a veces también requieren apoyo emocional para poder sobrellevar la
convivencia y las exigencias de la terapia.
Cuéntanos
tu experiencia...
¿Tienes
algún familiar afecto de TOC? ¿Cómo es tu experiencia en la convivencia con
esta persona?
¿Qué has
hecho para intentar ayudarle?
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