viernes, 10 de enero de 2014

El papel del psiquiatra




El estrés, cuando llega a niveles que sobrepasan el límite de aguante del paciente, casi siempre se expresa a través del lenguaje corporal. Los síntomas físicos aparecen en forma de molestias que asustan al paciente y le hacen creer que padece una enfermedad orgánica grave. De hecho, el estrés afecta sobre todo a nuestro cerebro, pero también a nuestro intestino, nuestro corazón, nuestras arterias y a casi todo nuestro organismo. Que el aviso lo dé el corazón, el intestino o el cerebro depende de la vulnerabilidad de cada uno, y esa predisposición la determinan nuestra propia genética y nuestros hábitos de vida, como fumar, beber, la manera de alimentarnos y el ejercicio físico entre otros.
La función del médico es detectar si una situación exige una intervención urgente sobre el paciente y velar por su seguridad. Si se llega a la conclusión de que todas las molestias tiene un origen psicológico, que son psicosomáticas, disponemos de un poco más de tiempo para hablar y decidir lo que es mejor para él.
En la mayoría de casos, especialmente cuando los síntomas no son intensos y el paciente no se encuentra desbordado, lo más recomendable es prescindir de la medicación.
A muchas personas angustiadas les bastará con una herramienta de primeros auxilios, sencilla, barata y sin efectos secundarios: la información (y un manual de instrucciones como este libro). Saber lo que le está ocurriendo a nuestro organismo cuando nos estresamos mediante una explicación simple y concisa servirá para aliviar la tensión y buscar soluciones que, en muchos casos, no precisarán de la intervención de ningún especialista.
En otros casos resultará imprescindible que un profesional hable con el paciente. Ese encuentro puede convertirse en el marco para expresar sus inquietudes y el punto de partida para iniciar una relación terapéutica que le oriente sobre la mejor manera de solucionar sus molestias y evitar que se agraven. La diferencia entre un tipo y otro de pacientes depende de la gravedad de cada situación.
Cuando los síntomas son más incapacitantes e interfieren penosamente en nuestro ritmo de vida causando un profundo malestar, ha de ser un experto en ansiedad y estrés quien dirija el tratamiento. En ese caso aconsejamos al paciente que se dirija a un centro especializado donde puedan asesorarlo y tratar su problema.

Funciones del médico ante un problema de estrés.

·        Evaluar la gravedad del paciente y decidir en qué caso debe o no medicarse.
·        Elegir el tratamiento farmacológico en caso de ser necesario.
·    Descartar una dolencia física como responsable de las molestias, solicitando las exploraciones que considere oportunas.
·    Evaluar las repercusiones que el estrés pueda causar sobre la salud general del paciente (corazón, aparato digestivo, sistema inmunitario) y prevenir riesgos.
·   Recomendar la visita a un especialista en psiquiatría o un centro de psicología especializado en ansiedad y estrés.

 

Para más información:
CENTRO ITAE
T 902 100 006
E info@centreitae.com
W http://www.centreitae.com

photo credit: Life Mental Health via photopin cc

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