La
práctica de ejercicio físico de forma regular proporciona muchos beneficios
para la salud, pues reduce la posibilidad de sufrir enfermedades y nos procura
también sensación de bienestar físico y emocional. Diversos estudios corroboran
los efectos positivos del ejercicio físico, como la prevención de la diabetes,
la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares. Al mismo tiempo, se ha
demostrado como repercute positivamente en los trastornos psicológicos,
disminuyendo los síntomas depresivos, así como los de ansiedad y estrés.
Sin embargo, cuando la práctica de
deporte o ejercicio físico es llevada al extremo, puede convertirse en una
adicción.
Las personas que desarrollan una
adicción al deporte, generalmente sostienen la creencia errónea de que el
ejercicio físico siempre es sano, aunque sea excesivo, y lo conciben como una
de las mayores prioridades de su vida. Estas personas acostumbran a cumplir su
rutina de ejercicio de forma muy rígida, centrándose únicamente en la cantidad
de tiempo dedicado a hacer ejercicio o en la intensidad del entrenamiento.
Además, pueden incluso llegar a experimentar sentimientos de culpa o vergüenza,
así como de irritabilidad o desánimo si olvidan o no pueden realizar el
entrenamiento.
Factores
de riesgo
Si bien, cualquier persona puede
desarrollar una adicción al ejercicio, se ha comprobado que los corredores,
bailarinas, nadadores y gimnastas, pueden ser especialmente vulnerables.
Por otro lado, una persona con
baja autoestima, con un perfil de personalidad perfeccionista o con una
historia de trastorno de la conducta alimentaria puede tener un riesgo más
elevado de desarrollar una adicción al ejercicio físico.
Efectos
negativos del exceso de ejercicio físico
A continuación, se detallan algunas de las
repercusiones negativas de la práctica excesiva de ejercicio físico:
·
Riesgo de deshidratación.
·
Incremento de la tendencia a
sufrir insomnio.
·
Aumento de la cantidad de hormonas
de estrés en el organismo (cortisol).
·
Tendencia a sufrir lesiones, tanto
óseas como musculares, ligamentosas o tendinosas.
·
Pérdida de la sociabilidad.
·
En las mujeres, puede presentarse alteración del ciclo menstrual.
Adicción
al deporte y vigorexia
Si bien la vigorexia está
relacionada con la adicción al deporte, no son sinónimos. La vigorexia es una
preocupación excesiva por la imagen corporal, incluyendo un exceso de ejercicio
físico y una obsesión por la dieta (carente de alimentos grasos y abundante en
proteínas e hidratos de carbono), pero se basa en el malestar por el propio
cuerpo. Asimismo, aunque implique la realización de una gran cantidad de
ejercicio físico, el objetivo del mismo para el vigoréxico, es aumentar su masa
muscular. A su vez, a diferencia de las adicciones, el exceso de ejercicio no
conlleva reforzamiento positivo.
Síntomas
de la adicción al deporte
Existe una serie de aspectos clave
o señales que pueden indicar la existencia de un problema de adicción al
deporte o de un elevado riesgo a padecerlo. Las principales señales son las
siguientes:
1. Tolerancia
o necesidad de llegar a niveles extremos de ejercicio.
2. La
retirada de ejercicio conduce a alteraciones del estado de ánimo (mal humor,
ansiedad).
3. Intención
de practicar ejercicio de forma más frecuentes e intensa.
4. Falta
de control en torno al deseo de hacer ejercicio.
5. Inversión
de tiempo excesiva en hacer ejercicio.
6. Reducción
de otras actividades y afectación en la vida social y/o laboral.
7. Continuación
del ejercicio a pesar de sufrir una lesión, enfermedad o tener contraindicación
médica.
Pautas
de prevención:
Ø
Si detectas que tienes una
necesidad compulsiva de realizar ejercicio físico, es importante que tomes
conciencia de ello y trates de conocer tu cuerpo, para saber dónde están tus
límites. Si llegas a ellos, lo que más te conviene es descansar y bajar el
ritmo. Ten en cuenta que la recuperación del cuerpo es tan necesaria como el entrenamiento,
porque si sobrepasas tu límite puedes sufrir una lesión o una deshidratación.
Ø
Es aconsejable que diversifiques
tus actividades deportivas, que practiques deporte de manera menos aislada y
con otras personas.
Ø
Trata de realizar otras actividades
placenteras o de ocio y no las descuides.
Ø
Recuerda que lo más beneficioso
para ti es practicar el deporte por placer y salud y no por obligación, por
tanto introdúcelo en tu rutina como un hábito saludable que controles tú.
Responde
al siguiente cuestionario, que te
permitirá valorar si padeces riesgo o adicción al deporte:
2.
¿No soy capaz de cancelar una sola salida en bici o de no acudir al gimnasio por un compromiso social?
3.
¿He estado yendo al gimnasio a pesar de estar lesionado y de que esa lesión pudiera agravarse?
4.
¿Siento que
si no pudiera practicar deporte mi vida sería horrible, triste o muy aburrida?
5. ¿He fingido una enfermedad para no ir a trabajar y
poder entrenar más?
6. ¿Pienso que no puedo tener salud sin practicar deporte?
7.
¿Considero que
la única forma
de “desestresarme” es
practicar
deporte y si no puedo hacerlo estaré siempre “atacado”?
Si contestas afirmativamente a la mayoría de preguntas, podrías
padecer una adicción al deporte.
En el caso de que creas que puedas ser adicto
al deporte y no consigas combatir por ti mismo esta adicción, una terapia
psicológica podría beneficiarte.
Para más información:
CENTRO ITAE
T 902 100 006
E info@centreitae.com
W http://www.centreitae.com
photo credit: Chema Concellon via photopin cc
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