No hay nada más exhilarante que las etapas iniciales de una relación romántica. “No dejo de pensar en él. En todo momento
imagino qué debe estar haciendo y estoy pendiente de cuando le volveré a ver, y
cuando le veo, siento mariposas en el estómago. Sólo tengo ganas de compartirlo
todo con él y no visualizo mi vida sin su presencia. Es como estar en un estado
permanente de alegría y euforia que se sintetizan en un deseo extremo de verle,
de compartir y de dárselo todo”. Esto es lo que nos comentaba Marta,
iniciando una relación en la actualidad, cuando le preguntamos qué era para
ella sentirse enamorada.
El enamoramiento es un estado
emocional protagonizado por un cúmulo de emociones positivas en el que una
persona se siente intensamente atraída por otra. El proceso de enamoramiento
suele empezar con una atracción física inicial, se potencia con una atracción
personal y se dispara de forma definitiva cuando se sospecha o se conoce la
reciprocidad en la atracción.
¿Cómo saber si se está enamorado? Según los científicos sociales, las
características principales del enamoramiento son:
-
Intenso deseo de intimidad y unión
física con la persona (tocarla, abrazarla, besarla y tener relaciones sexuales)
-
Intenso deseo de reciprocidad
-
Intenso temor al rechazo
-
Pensamientos frecuentes y recurrentes sobre
la persona amada que interfieren en la actividad normal
-
Pérdida de concentración, por los
pensamientos anteriores
-
Fuerte activación fisiológica
(nerviosismo, taquicardia...) ante la presencia del individuo.
-
Hipersensibilidad ante los deseos y
necesidades del otro
-
Idealización del individuo, percibiendo
sólo características positivas
-
Deseo de hacer planes futuros con la
persona, planear viajes, acontecimientos o futuras acciones juntos
-
Admiración de la persona
-
Necesidad de estar con la persona
-
Agradar a la persona amada se convierte
en la mayor ilusión
-
Distorsión de la percepción del tiempo
-
Ansiedad de querer estar con la
persona, y al estarlo, no querer separarse
-
Pensar a cada momento en la persona
De acuerdo con la Teoría Triangular del Amor de R. Sternberg, los 3
componentes del amor son la
intimidad, la pasión y el compromiso.
-
La intimidad
implica sentimientos de apego, de cercanía, de conexión y de vinculación.
- La pasión
implica la presencia de sentimientos fuertes de atracción y de atracción sexual
hacia la otra persona.
- El compromiso
implica en el corto plazo, la decisión de estar junto a la otra persona, y a
largo plazo, compartir logros y planes junto al otro.
Hasta ahora hemos hablado de los aspectos psicológicos que configuran el
enamoramiento, aunque a nivel bioquímico, se trata de un proceso que se inicia
en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas
fisiológicas y cambios químicos ocasionados en el hipotálamo mediante la
segregación de dopamina.
A continuación reproducimos una entrevista extraída del blog de Eduard
Punset (www.eduardpunset.es) que habla precisamente del amor y del enamoramiento desde un punto de
vista científico.
Helen Fisher es investigadora del Departamento de Antropología
de la Universidad de Rutgers, EE.UU. Ha
conducido un extenso estudio sobre la evolución, la expresión y la ciencia del amor. Es autora de
varios libros como ¿Por qué amamos? ¿Qué describe cada aspecto de la
experiencia de enamorarse desde un punto de vista científico?.
Eduard
Punset:¿Por qué nos gusta
una persona en concreto entre todas las demás?
Helen Fisher: Es una pregunta muy difícil. Nadie sabe la respuesta.
Sabemos que interviene un componente cultural muy importante. El momento también
es muy importante: hay que estar dispuesto a enamorarse. La gente tiende a
enamorarse de alguien que tiene alrededor, próxima; nos enamoramos de personas
que resultan misteriosas, que no se conocen bien.
EP: Los hombres se enamoran más deprisa que las mujeres. Y esto también tiene una explicación evolutiva.
EP: Los hombres se enamoran más deprisa que las mujeres. Y esto también tiene una explicación evolutiva.
HF: Sí. Tres de cada cuatro personas que se suicidan
cuando una relación se acaba son hombres. Los hombres son tan apasionados como
puedan serlo las mujeres y, en efecto, se enamoran más deprisa. A mí me
interesan las semejanzas en el cerebro de hombres y mujeres pero algunos de mis
colegas me sugerían analizarlos por separado para ver si existían diferencias.
Pensé que era buena idea y, en un experimento que realizamos con diez mujeres y
siete hombres, descubrimos algunas diferencias de género, aunque no en el
aspecto pasional, porque tienden a sentir lo mismo…
EP: Los dos son igualmente apasionados.
HF: Sí, pero en los hombres descubrimos una mayor
actividad en una pequeña región cerebral asociada con la integración de los estímulos visuales. Eso tiene
sentido: el negocio de la pornografía se apoya en los hombres y las mujeres se
pasan la vida intentando agradar con su aspecto a los hombres… Durante millones
de años, el hombre ha tenido que mirar bien a la mujer y tomarle la medida para
ver si ella le daría un niño saludable.
EP: Increíble. O sea que las imágenes visuales son más
importantes que el olor, por ejemplo.
HF: No estoy segura. Lo cierto es que somos primates,
nuestros antepasados descendieron de los árboles, y si te caías del árbol
morías. Así que somos un animal que tiene un sentido del olfato reducido. Por
eso lo llaman amor a primera vista, no amor a primera olida.
EP: Es cierto…
HF: Pero hemos hallado algo entre las mujeres que me sorprendió muchísimo. Descubrimos en ellas una mayor actividad en unas tres áreas diferentes, asociadas con la memoria y la rememoración, no simplemente con la capacidad de recordar. Y al principio lo no entendí, pero luego pensé que, durante millones de años, una mujer no podía mirar a un hombre y saber si podía ser un buen padre y un buen marido. Para saberlo, tenía que recordar. Tenía que recordar lo que había dicho el último día de San Valentín, cómo se había comportado con anterioridad.
HF: Pero hemos hallado algo entre las mujeres que me sorprendió muchísimo. Descubrimos en ellas una mayor actividad en unas tres áreas diferentes, asociadas con la memoria y la rememoración, no simplemente con la capacidad de recordar. Y al principio lo no entendí, pero luego pensé que, durante millones de años, una mujer no podía mirar a un hombre y saber si podía ser un buen padre y un buen marido. Para saberlo, tenía que recordar. Tenía que recordar lo que había dicho el último día de San Valentín, cómo se había comportado con anterioridad.
EP: Y es verdad que se acuerdan.
HF:…y nos acordamos. Y esperamos que se cumpla lo dicho. Y
nos llamamos las unas a las otras por teléfono, y lo recitamos, para estar
seguras de que nos acordaremos. Es un mecanismo de adaptación que las mujeres
probablemente han poseído durante cuatro millones de años, para conseguir al
hombre adecuado.
EP: ¿Y qué le sucede al cerebro de los mamíferos cuando
están realmente locos de amor?
HF: Hallamos actividad en muchas partes del cerebro, pero
las dos cosas más importantes fueron la actividad en una pequeñísima fábrica
que hay cerca de la base del cerebro, llamada el área ventral
tegmental. Y lo que hace esa fábrica es producir dopamina,
un estimulante natural: un estimulante que proporciona sensaciones de plenitud,
euforia y cambios de humor.
EP: Pero, realmente, ¿es todo química?
HF: Yo tengo que decirles que sí, que todo es química. Cada
vez que producimos un pensamiento, o tenemos una motivación, o experimentamos
una emoción, siempre se trata de
química. Sin embargo, se pueden conocer todos y cada uno de los
ingredientes de un pastel de chocolate, pero todavía nos gusta sentarnos y
comerlo. De la misma manera, podemos conocer toda la química que hay detrás del
amor romántico –todavía no la conocemos toda, pero estamos empezando a
conocerla en parte- y todavía ser capaces de captar toda su enorme magia.
EP: Has mencionado el chocolate. Parece ser que el
chocolate activa los mismos tipos de neuronas que el amor romántico, y es por
eso que ambos son adictivos. ¿Es así?
HF: Sí, el amor romántico es adictivo.
EP: Helen, hay algo en lo que todo el mundo estaría de
acuerdo: es lo que tu llamas el impulso sexual, el impulso sexual general. Sin
él no habría niños y los genes no se perpetuarían.
HF: El impulso sexual es diferente del amor romántico y es
diferente del afecto. También creo que han evolucionado por razones diferentes.
El impulso sexual evolucionó para que saliéramos a buscar a nuestras parejas. Creo que
el amor romántico es el impulso verdadero, porque emana de este cerebro
primitivo y es más fuerte que el impulso sexual. Cuando estamos locamente
enamorados, queremos irnos a la cama con nuestra pareja, pero lo que realmente
queremos es que nos llame por teléfono, que nos invite a cenar, y se crea una
unión emocional. De hecho, una de las características principales del amor
romántico es el deseo de contacto sexual… y de exclusividad sexual. Cuando nos
acostamos con alguien y no lo amamos, no nos importa realmente si también se
acuesta con otros. Pero cuando nos enamoramos, pasamos a ser realmente
posesivos. En la comunidad científica lo llamamos ”vigilancia de la pareja”. El
amor romántico es muy peligroso. Lleva consigo una gran felicidad y una gran
tristeza. Cuando se nos rechaza estando enamorados, hay personas que pueden
matarse, o matar a otra persona. El deseo
sexual y el amor son cosas distintas y los caminos cerebrales que los rigen
también son diferentes.
EP: Algo de lo que os habéis dado cuenta es que, en el cerebro,
el amor y el odio se parecen mucho. De hecho, si se analizan los ciclos
cardiacos de una persona, no se puede apreciar la diferencia entre si una
persona acaba de matar a otra o ha tenido un orgasmo.
HF: El amor y el odio son muy parecidos. La indiferencia es su contrario. Y
hacemos las dos cosas: amamos a la persona y la odiamos al mismo tiempo. Y
aquello por lo que suspiramos es la indiferencia. De hecho, el amor y el odio
tienen mucho en común. Cuando odiamos, concentramos nuestra atención tanto como
cuando amamos. Cuando amamos o cuando odiamos, nos obsesiona pensar en ello.
Tenemos una gran cantidad de energía, nos cuesta comer y nos cuesta dormir. El
amor y el odio tienen mucho en común.
Si estás enamorado/a, disfruta de cada minuto de ello. Es una de las
experiencias más gratificantes de la vida. Si dudas de los sentimientos hacia
tu pareja, estás en una situación compleja o te das cuenta de que tiendes a
sabotear tus relaciones, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
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