jueves, 11 de diciembre de 2014

TOC EN TIEMPOS DEL ÉBOLA

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es un tipo de trastorno de ansiedad del que ya se ha hablado en este blog. Para tenerlo presente, el TOC es una psicopatología que se caracteriza por la presencia de obsesiones (pensamientos, ideas, imágenes, etc.) que aparecen recurrentemente en la mente de quien lo sufre. Dichas obsesiones provocan gran malestar y ansiedad a quien la padece. Para librarse de este intenso malestar, que en algunas ocasiones puede interferir completamente en la vida del paciente, la persona se ve “obligada” a realizar algún ritual que alivie dicha tensión. 

Hay muchos tipos de TOC pero en estas líneas se recoge un tipo en concreto: el TOC de contaminación. Estos pacientes creen contaminarse tocando ciertas superficies y las obsesiones pueden ser muy variadas (creen haberse contagiado de alguna enfermedad, creen poder transmitirla, temen por su vida o la de sus seres queridos, etc.). Así mismo, los rituales también son infinitos. Hay tantos como pacientes de TOC: ducharse o lavarse las manos constantemente, llevar guantes para no tocar nada, no sentarse en sitios donde hayan estado otros, no utilizar baños o transportes públicos, no permitir que otros cocinen sus alimentos, etc.

Es fácil suponer que en un contexto como el que acabamos de sufrir hace unas semanas, en el que por primera vez en nuestra historia ha habido un caso de ébola tan “cercano”, los pacientes con esta dolencia hayan visto intensificadas sus obsesiones de manera desorbitada. Incluso pacientes que estaban estabilizados, al sentirse de nuevo “vulnerables” ante la posibilidad más o menos “real” de contaminación, han tenido que volver a trabajar para neutralizar el poder de las obsesiones y así lograr de nuevo una vida normalizada.

En estos casos, como en el resto de pacientes con esta psicopatología, además del tratamiento farmacológico, necesario en algunos casos, la intervención terapéutica idónea y prioritaria es la Exposición con Prevención de Respuesta. Os explicamos en qué consiste esta técnica narrando el caso de un paciente real, al que llamaremos Pablo, que volvió a consulta después de estar meses asintomático. Pablo explicaba que llevaba unas semanas muy estresado en el trabajo (éste también es un factor muy importante en la descompensación de la sintomatología) y que al ver la noticia en la televisión, en un principio, no le dio mayor importancia pero, poco a poco, empezó a creerse que podía contaminarse de ébola, aunque viviera a cientos de kilómetros de Madrid, y ahí empezó su infierno particular: estado de alerta generalizada, ansiedad física, insomnio, no podía concentrarse en el trabajo, y estaba muy irritable con su familia. Como es común en estos casos, el paciente admitía la irracionalidad de la situación, “pero no podía evitarla”. Para “anular la posibilidad de  contaminación”, diariamente el paciente estuvo llevando a cabo una serie de conductas “por seguridad” (rituales o compulsiones): no miraba las noticias relacionadas en la TV, no leía los periódicos, no permitía a nadie que le hablara del ébola, dejó de usar el metro, y evitaba la carretera que enlazaba su ciudad con el aeropuerto (por si llegaban personas infectadas de Madrid). 

La intervención en este caso se centró en exponerlo a ver todas las noticias relacionadas con el ébola, a usar el metro o conducir por la carretera que llevaba al aeropuerto, haciéndolo incluso caminar por las terminales de este aeropuerto. Así mismo, se realizó un trabajo en torno a las obsesiones, aprendiendo a “tolerarlas”, sin intentar evitarlas. Así éstas desaparecen más rápidamente. Actualmente, tras semanas de trabajo, Pablo vuelve a estar estabilizado, llevando a cabo una vida totalmente normalizada.

Hemos querido compartir este caso en nuestro blog porque es importante tener en cuenta que las psicopatologías pueden estar muy marcadas por la influencia genética, la personalidad, el ambiente donde hemos crecido, la educación recibida, etc. pero puntualmente también pueden verse perjudicadas por eventos puntuales de nuestro día a día, aunque no tengan que ver con la vida de la persona.


En cualquier caso, la mejor opción es recibir un tratamiento psicológico (y psiquiátrico si es necesario) a tiempo, llevado a cabo por profesionales especializados en este tipo de trastornos. 

Para mas información:
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CENTRO ITAE
93.206.51.51
Via Augusta 291
info@centroitae.com


photo credit: Benjamin Bustamante via photopin cc

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