miércoles, 28 de mayo de 2014

AMAR EN TIEMPOS MODERNOS...

“…En la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte os separe…”. ¿Os suena? Éste ha sido el ideal de pareja que nos han inculcado durante toda nuestra vida, desde la más tierna infancia y que, al parecer, intentamos mantener vigente. Pero ¿es posible?...los tiempos han cambiado y las personas también. Es probable que cualquiera de nosotros en algún momento se haya planteado cómo nuestros abuelos “aguantaban” tanto tiempo casados. ¿Era más fuerte su amor que el nuestro? Generalizando podríamos decir que NO…el sentimiento no se ha transformado, pero sí las personas.
Se podrían marcar 3 variables como precursores de nuestro cambio de actitud hacia el amor y las relaciones de pareja:

      En primer lugar, en la actualidad, gracias a las redes sociales, tenemos un mayor acceso al contacto con otras personas. Aunque sólo sea por un tema de estadístico, el poder contactar, hablar, y compartir con más gente, aumenta la probabilidad de que nos “gusten” otras personas. 

      En segundo lugar, las expectativas y las exigencias de cara a la pareja han aumentado significativamente. Quizás desde el “cuento de hadas” que hemos creído desde pequeños, creemos que nuestra pareja ideal sea aquella que atienda todas mis necesidades, que entienda todos mis errores, que lo sacrifique todo por mí, etc…sin entender que eso sería una relación basada en la Dependencia Emocional y no en el amor.

       En tercer lugar, parece evidente cómo en el último siglo, en general, nuestra resistencia a las frustraciones ha disminuido significativamente. Quizás esta baja tolerancia a la frustración se alimente de un estilo de vida que no pudieron tener nuestros abuelos y que a groso modo tiene que ver con “tenerlo todo” (aunque este sería un tema mucho más largo que aquí no tiene lugar), con lo que no estamos dispuestos a “aguantar” según qué situaciones.

Hasta el S. XVIII, el matrimonio tenía funcionalidades muy concretas: mezclar linajes y establecer importantes relaciones con otras familias. Después del S. XIX, tras la revolución industrial, la sociedad occidental se transformó y conceptualizó el matrimonio como una forma de realización. Según la periodista Helen Croydon “ahí empezaron los problemas”. Tras estudiar en profundidad este tema, la autora afirma que actualmente el matrimonio siempre decepciona por las grandes expectativas que genera, por lo que según Croydon “conocer a otras personas y repartirse un poco podría mejorar la salud de nuestra relación oficial”.

En un artículo reciente Croydon señala cuáles son las 5 tendencias más importantes que están surgiendo en el amor y en el sexo, y que parecen dejar a la monogamia como un concepto del pasado:

     FLEXISEXUALES: Se refiere a una especie de bisexualidad en la que la exploración del sexo es la base esencial. Parece ser el paso previo a las relaciones completamente abiertas. La autora se basa en el aumento del porcentaje de mujeres que han mantenido relaciones con otras mujeres en los últimos años.

       
         RELACIONES HÍBRIDAS: En éstas, un miembro de la pareja se contenta con su monogamia, mientras que el otro tiene la libertad para relacionarse con terceras personas. Croydon lo justifica por un bajo o nulo interés hacia el sexo por parte de la persona que lo permite.

     
      CITAS MÚLTIPLES: las redes sociales y las páginas de contacto han permitido que actualmente hombres y mujeres mantengan múltiples “frentes abiertos” con el objetivo de divertirse, pero también de poder elegir al “candidato” más apropiado para una relación a largo plazo.


     SWINGERS PIJOS: Refiriéndose al antiguo intercambio de parejas pero de manera más exclusiva, es decir, dejando de ser una práctica furtiva que se realizaba en “antros” para realizarse actualmente en los locales de moda.


     POLIAMOR: Se basa en la conceptualización del amor como un recurso no finito. Las personas que lo practican se basan en la idea de que el amor no tiene por qué estar limitado a una única persona, aunque en algunos casos haya un “amor primario” y otros de menor jerarquía.



¿Qué opinas? ¿Te ves identificad@ en alguna de las categorías mencionadas? ¿O por el contrario, sigues pensando que el amor verdadero es  equivalente a la monogamia?


Sea como sea, lo más saludable desde un punto de vista psicológico es tener la sensación de estar haciendo lo que sientes, no lo que debes. En definitiva, ser coherente no sólo con tus pensamientos, sino también con tus sentimientos.



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photo credit: Shandi-lee via photopin cc 

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