Juan tiene 28 años y se siente insatisfecho con algunos aspectos de su vida:, el trabajo que realiza desde hace más de 7 años como recepcionista no le gusta y cada día se le hace más cuesta arriba el ir a trabajar. A Juan siempre le ha interesado la informática y los idiomas, pero abandonó los estudios en el instituto. Ahora se culpabiliza por ello y se compara con algunos amigos, que tienen mejores posiciones laborales. En ciertos momentos, Juan ha pensado en retomar los estudios o realizar alguna formación de acuerdo a sus intereses, pero finalmente acaba postergándolo y esto a su vez, fomenta la imagen o concepto negativo que tiene de si mismo. Con ello, llega a la conclusión de que no hay nada que hacer y que por tanto debe resignarse a seguir como está. A su vez, tampoco se siente a gusto con su aspecto físico, siempre había sido deportista y trataba de cuidar la alimentación, pero desde hace algún tiempo ha abandonado estos hábitos y mantiene un ritmo de vida sedentario, que le ha generado algo de sobrepeso y pérdida de agilidad.
Hoy en día son muchas las personas, que como Juan, viven insatisfechas y resignadas, creyendo que ya no pueden hacer nada para mejorar su situación, a pesar de poseer intereses, habilidades y cualidades suficientes como para emprender un proyecto de mejora o superación personal. Estas personas desperdician sus talentos o virtudes, cayendo en una dinámica de subestimación o infravaloración, que va minando progresivamente su autoestima.
¿Cuáles son los factores que pueden obstaculizar a una persona para auto superarse?
• Miedo a arriesgarse. El miedo es un sentimiento que paraliza a las personas, generando que actúen evitando o postergando hacer cambios positivos para su vida.
• Baja autoestima. Una persona con baja autoestima puede pensar que una vida mejor o exitosa está fuera de su alcance y la falta de confianza en uno mismo puede contribuir a quedarse en el mismo lugar e incluso empeorar la situación.
• Desilusión. La desilusión normalmente se deriva de intentos fallidos de lograr algún objetivo y genera sentimientos de miedo, cayendo en la generalización errónea, de que cómo no se consiguió el propósito la vez pasada, tampoco se podrán alcanzar nuevos objetivos esta vez.
•Apatía. La apatía es un sinónimo de desinterés que puede ser consecuencia del mantenimiento de una dinámica de no afrontamiento al cambio y resignación, fomentada a su vez por la desilusión y baja autoestima.
¿Qué puedes hacer para superarte?
1. Lo primero: aprender a valorarte, a aceptarte y a respetarte.
Para superarte a ti mismo, primero hay que aprender a valorarte, lo cual implica conocerte más; reconocer tus valores y características positivas, así como también aceptar tus puntos débiles.
Es muy importante además positivizar los pensamientos, así como el lenguaje interno que utilizas contigo mismo, aquellos mensajes que tú mismo te vas dando.
No tiene sentido pasarte la vida culpabilizándote por aquellos errores que hayas podido cometer en algún momento de la vida; como seres humanos todos tenemos derecho a equivocarnos. Asimismo el hecho de que te recrimines por un determinado fallo no va hacer que éste se repare, pero sí puedes aprender del mismo para no repetirlo en un futuro.
El respeto hacía ti mismo es esencial. Muchas veces nos sentimos víctimas de los demás por sus exigencias o sus conductas hostiles, lo que nos lleva a ser incapaces de negarnos a hacer cosas que no deseamos. Debes aprender a actuar de acuerdo a tus necesidades e intereses, lo que implicará tener que decir no en muchos momentos, esto te permitirá respetarte a ti mismos, al mismo tiempo que enseñará a los demás a que te respeten.
Es muy necesario cultivar tu parcela personal, es decir, dedicarte un tiempo exclusivo para ti. Muchas veces en nuestra vida sólo hay obligaciones y compromisos y pocas veces nos respetamos ese tiempo, tanto el calidad como cantidad, para hacer aquellas cosas que nos hacen sentir bien y nos transmiten calma.
Un último factor que contribuirá en el aprendizaje de autovaloración, es el recompensarte por tus logros, es decir, reconocer todas aquellas cosas que en su día te propusiste, que te costaron esfuerzo y que aun así las has conseguido. No las pases por alto.
2. Lo siguiente e indispensable: establecerte metas
Es indispensable para superarte a ti mismo tener metas. Cuando tienes metas, tus días tienen sentido, sabes hacia dónde vas y también podrás reconducirte si detectas que te estás desviando del camino. En este sentido, no puedes descuidar hacia donde deseas ir y debes tener persistencia a la hora de ir por el camino que te has marcado.
¿Cómo?
1. Plantéate una meta clara y concreta. La meta que te propongas ha de reunir una serie de requisitos; debe ser:
- SINCERA, algo que realmente quieras hacer o desees alcanzar.
- PERSONAL, no algo que venga impuesto por alguien desde fuera.
- REALISTA, que veas que es posible conseguir en un plazo de tiempo prudencial.
- DIVISIBLE, que puedas determinar los pasos o cosas que tienes que hacer para conseguirla.
- MEDIBLE, que puedas comprobar lo que has logrado y lo que te falta para alcanzarla.
Tomando como ejemplo el caso de Juan, algunas posibles metas que podría marcarse:
- Aprender un idioma.
- Buscar un nuevo empleo
- Hacer deporte
- Comer más sano
2. Establece las tareas que debes realizar para lograrla: Una vez que hayas concretado la meta que se deseas alcanzar, debes pensar en lo que tendrás que hacer para conseguirla. Siguiendo con una de las posibles metas de Juan, aprender un idioma, se podrían definir las siguientes tareas: decidir el idioma, una vez decidido, buscar academias o centros donde lo imparten, ir a pedir información, matricularse, etc.
3. Organiza las tareas en el orden en que las deberías realizar. Establece un plan de trabajo. El orden se puede establecer de forma lógica, según la secuencia temporal en las que se tengan que realizar o, en el caso de que las tareas no necesiten una secuenciación temporal, se puede empezar por las tareas más sencillas y que requieran menos esfuerzo, dejando para el final las más difíciles o costosas.
4. Ponlas en marcha y evalúa los logros que vayas consiguiendo: Una vez elaborado el proyecto personal habría que comprometerse con él y ponerlo en práctica. Para llegar a conseguirlo es importante ir evaluando los esfuerzos realizados. Esto puede ser difícil hacerlo uno mismo, pero podría facilitarlo si le pides a un familiar o a un amigo que te ayude a evaluar tus progresos.
Mediante el proceso de superación personal, al margen de mejorar tu autoestima, podrás alcanzar otros muchos beneficios como un incremento de las emociones positivas, mejores relaciones interpersonales, desarrollo profesional, desarrollo intelectual y una consecuente mejoría de la salud física y mental, todo ello comportará a su vez una mejor calidad de vida y un mayor aprecio por la misma.
Todos tenemos la posibilidad de mejorar sustancialmente nuestras vidas, el secreto está en la determinación que tengamos para conseguirlo. Recuerda que nunca es tarde para superarte, no importa la edad que tengas, las veces que hayas fallado o la situación en la que te encuentres, siempre estás a tiempo. Si a pesar de tener en cuenta estos puntos consideras que has intentado en muchas ocasiones superarte a ti mismo y no lo consigues, quizás necesites de la ayuda de un profesional en psicología.
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