lunes, 5 de diciembre de 2011

EL SEXO EN LA TERCERA EDAD

Acostumbramos a pensar que la actividad sexual de las personas mayores es poca o prácticamente inexistente. Algunos factores hacen cambiar la actividad sexual en esta etapa de la vida. Los principales son la salud física, el interés por lo sexual, el estado emocional de la pareja y de cada uno de sus miembros, la sexualidad previa y las creencias relacionadas con el sexo y la vejez. Pero no es cierto que no se pueda disfrutar del sexo, llegada una determinada edad.

De hecho, durante la vejez, conservamos la capacidad de respuesta sexual en todas sus fases, pero es necesario entender que se producen cambios físicos y que, con ellos, puede que tengamos que cambiar el tipo de actividades sexuales para seguir disfrutando.

Los cambios físicos propios de la vejez, en ocasiones, pueden dificultar las relaciones sexuales entendidas de una forma únicamente genital. El sexo mejorará si se incluyen nuevas formas de practicarlo que presten más atención al resto del cuerpo: explorar el cuerpo de la pareja a través de caricias, masajes, o más juegos que fomenten la sensación de intimidad. Estas prácticas favorecen la excitación, la sensación de placer y la satisfacción.

En los casos en que exista un problema de salud añadido que pueda estar limitando la respuesta sexual, o en que la misma medicación que se toma para corregirlo esté reduciendo el deseo o la respuesta ante el sexo, es necesario consultar al médico. A pesar de que a veces tocar este tema con los demás nos pueda intimidar, hay mucho por ganar.

Para poder disfrutar del sexo en la vejez hay que combatir y dejar atrás los mitos que se han creado entorno a este tema. Algunas personas tienen falsas ideas sobre el sexo en la tercera edad que limitan su capacidad para disfrutar. Por ejemplo, pensar que la persona mayor no siente deseo sexual ni tampoco posee capacidad para llegar al orgasmo, o que el sexo en la tercera edad es de mal gusto o no es decente o que con la llegada de la menopausia termina la vida sexual.
El sexo es algo natural en el ser humano, como la alimentación o el sueño, por eso es necesario prestarle la atención que se merece y procurar su buen funcionamiento.

Como en todas las fases de la vida, otra de las cosas que hará que el sexo en esta etapa sea satisfactorio, es la comunicación y la compenetración entre la pareja.
Dejemos a un lado la vergüenza y atrevámonos a decirle a nuestra pareja lo que nos gusta y lo que nos gusta menos. Los gustos en lo sexual pueden haber cambiado a lo largo de la vida, y por eso, es necesario explicar qué nos apetece hacer en este momento.

Mantener un buen nivel de actividad diaria y con ello fomentar un buen estado anímico también favorece el apetito sexual. La sensación de bienestar, de sentirse útil y activo nos aportan una buena dosis de autoestima, que nos predispone más a mantener relaciones sexuales. A la vez, el mantenerlas, vuelve a aportarnos una dosis de autoestima que nos ayuda a mantenernos activos y sanos.
Este es el círculo de salud física, emocional y sexual, que interesa que mantengamos.

En general, el cuidado de la salud física, la comunicación con la pareja, incluir nuevas prácticas sexuales, el combatir los falsos mitos y el mantenerse activo, son aquellas cosas que fomentarán una sexualidad sana en la tercera edad.

Si a pesar de esto, tiene dificultades para disfrutar de su vida sexual, no dude en ponerse en contacto con nosotros.

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¿Crees que la edad es un impedimento para disfrutar de la sexualidad?
¿Qué mitos hay sobre el sexo en la vejez?

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CENTRO ITAE 
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